Ser budista supone un compromiso con el Dharma, la enseñanza del Buda, con la práctica de la meditación y con la observación de los preceptos éticos que establece el budismo. Siendo honesto no he tenido que realizar ningún esfuerzo para compatibilizar la práctica del budismo con el hecho de ser gay.
En el Canon Pali, donde se documentan las enseñanzas del Buda, no se incluye ninguna referencia directa a la orientación homosexual o la conducta homosexual. Esta ausencia de referencia a la orientación sexual puede ser interpretada como que las mismas normas que rigen el comportamiento sexual se aplican tanto a las parejas del mismo sexo como a las parejas de sexo opuesto.
Hay un precepto ético budista en el que uno se compromete a abstenerse de tener una conducta sexual incorrecta. La interpretación del significado de la conducta sexual incorrecta puede hacerse desde un punto de vista cultural, pero desde mi perspectiva se debe recurrir al resto de los preceptos éticos para realizar una interpretación de su significado.
En el primer precepto se establece el compromiso a seguir la senda de evitar la violencia y dañar a otros seres. Partiendo desde este principio cualquier relación establecida de forma consentida en la que no se dañe a otros seres no es éticamente reprobable. Desde mi punto de vista, si una relación promueve la felicidad y el bienestar de ambas partes, entonces es positiva y aceptable. Así, actos ilegales como la violación o la pedofilia serían éticamente reprobables en tanto que el comportamiento es dañino para otros seres. Otra implicación que surge sería que cuando se entabla una relación sexual, se debería realizar en el marco del sexo seguro para evitar dañar a otras personas.
Por otra parte, cuando existe una relación de pareja mantener relaciones sexuales fuera de la misma no sería per se, ni aceptable ni inaceptable. Dependería de las implicaciones que estos actos tuviesen, y si se produce daño en las personas implicadas (a uno mismo, al novio, al amante, y al novio del amante). En cualquier caso si la sexualidad se vive como un deseo neurótico, muy fácilmente la sexualidad se puede convertir en un obstáculo para tu crecimiento espiritual.
Para mí, ser budista supone ser consciente de mí mismo, profundizar en el propio conocimiento y conocerme para poder elegir.
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